"Lo sabía, siempre lo supo... lo hecho era necesario, cada victoria, cada paso en falso, esas fotos no cambiarán, tampoco sus frutos y ciertamente no sus lecciones. La luna esperaba ese gran paso, metafóricamente claro, las bases están sentadas, ya no dolería la caída. El plan está trazado, el ancla levantada, la marea a favor y las estrellas radiantes, y la brisa, como nunca... Ha pasado mucho tiempo desde que pensó esto, o desde la primera vez que le mostraron la otra cara de la moneda.
Lo recordaba claramente, como si fuera ayer, dolió, pero pocas veces en la vida a uno le abren un mundo de posibilidades tan amplio, tan diverso, tan nuevo, pero con un cambio de paradigma de por medio, un antes y un después, fugaz, como los momentos más intensos de la vida, su guía se lo dijo, "Ya no eres el de unos momentos atrás y, si eres lo suficientemente sabio, nunca volverás a serlo", pero como la historia nos enseña, grandes cambios requieren grandes sacrificios y Samael aún era muy poderoso y sus recuerdos eran muy imponentes... aun no estaba listo, faltaba algo más, cosas aprendió, aventuras enfrentó, victorias consiguió, alegrías conquistó pero nunca se comprometió, nunca se entregó.
El horizonte nocturno se veía extrañamente claro, la luna bañaba ese mar abismal y la vorágine hambrienta por entregarle desafíos y por ponerlo a prueba, la brisa lo acariciaba suavemente mientras sacaba fuerzas para semejante travesía, lo lograría sea como sea, día a día, semana a semana, mes a mes. Antes de seguir pensándolo, simplemente se fue, una última mirada atrás pero no por lo que extrañaría sino por lo que lo hizo ser quien es... Solo le quedó un mapa, una sonrisa, un destino esperándole, un adiós silencioso y una mirada fija hacia adelante."
- fragmento
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